La Habana, Cuba.- Hoy el pueblo cubano amaneció de fiesta. Fotos y frases de celebración se podían apreciar en las calles de La Habana por el cumpleaños número noventa y dos de Fidel Castro.
El gestor de la revolución cubana se paseó en un camión entre miles de personas por El Parque Central y El Capitolio, quienes vitoreaban su nombre.
La mayoría afluencia de público era mayor de cuarenta años, porque los más jóvenes eran los más incrédulos y salieron con pancartas para que la atención política no se centre en el cumpleaños de Fidel Castro sino en la Nueva Constitución. Dirigiendo esta protesta en contra de la celebración multitudinaria de Fidel Castro, estaba la famosa periodista de Telemundo, Angelina Castro, quien vino desde el Barrio Chino hasta El Parque Central, manejando un viejo auto clásico Chysler Windsor de 1957.
Pronto la escultural mujer se paró encima su auto con una bandera cubana para aclamar la atención de los más jóvenes y expresarse: "Tate quieto Fidel Castro. Acá estamos los verdaderos jóvenes cubanos, y ya estamos hartos de tanta farándula revolucionaria, lo que nosotros queremos es que se hable de la Nueva Constitución cubana. Los jóvenes no festejaremos al viejo quimbáo ese. Acá armaremos berrinche hasta que el pueblo cubano escuche nuestro clamor".
El grupo rebelde que siguió a Angelina Castro se retiró de inmediato y no avanzó hasta El Capitolio.
Cuando los ánimos se calmaron, Fidel Castro tomó el micrófono en una terraza de El Capitolio y dio las gracias al pueblo cubano por semejante celebración, en medio del abrazo de Raúl Castro y el presidente actual Miguel Díaz Canel.
Casi con lágrimas en los ojos recordó una sentencia que, su amigo, Gabriel García Márquez le dijo en una visita a la Habana en 1981: "Con Gabo yo no hablaba de política, sino de literatura. En 1981, un año antes de que Gabo ganara el Nobel de Literatura, tuvimos una pequeña charla intelectual, porque ese tono siempre ha sido característico en nuestras conversaciones. Me dijo en un tono de humor y sentencia, característicos de García Márquez, que yo pertenecía a los líderes latinoamericanos de la estirpe de los Cien Años de Soledad. Los líderes únicos y solitarios que recordará la historia y el paso de las épocas, también añadió que no sería raro que yo llegara a cumplir los cien años para cumplir con tal estirpe política".
Casi con lágrimas en los ojos recordó una sentencia que, su amigo, Gabriel García Márquez le dijo en una visita a la Habana en 1981: "Con Gabo yo no hablaba de política, sino de literatura. En 1981, un año antes de que Gabo ganara el Nobel de Literatura, tuvimos una pequeña charla intelectual, porque ese tono siempre ha sido característico en nuestras conversaciones. Me dijo en un tono de humor y sentencia, característicos de García Márquez, que yo pertenecía a los líderes latinoamericanos de la estirpe de los Cien Años de Soledad. Los líderes únicos y solitarios que recordará la historia y el paso de las épocas, también añadió que no sería raro que yo llegara a cumplir los cien años para cumplir con tal estirpe política".
El público ovacionó la intervención del ex mandatario cubano y Miguel Díaz Canel prometió ocuparse de inmediato de la Nueva Constitución, porque no se había modificado desde 1976 y ya era hora de realizar cambios estructurales, de forma y de fondo en cada una de las leyes y reglamentos, acordes al nuevo siglo.
